Carbohidratos: por qué son tan necesarios en tu alimentación

Carbohidratos: por qué son tan necesarios en tu alimentación

La gran mayoría de las dietas de moda tienen como punto en común ser bajas en carbohidratos. Este grupo de alimentos suele ser comúnmente “demonizado”: se busca no consumirlos de noche, evitar el pan, no comer pastas muy seguido, entre otras cosas que habrás podido escuchar.

Pero… ¿Qué pasa realmente con los carbohidratos?

¡Empecemos por el principio!

Tipos de carbohidratos

  • Simples: son una fuente inmediata de energía. Los encontramos en el azúcar, la miel, frutas, lácteos y como ingrediente añadido en productos de pastelería, golosinas, gaseosas, etc.
  • Complejos: los encontramos en legumbres, cereales integrales, pastas, pan, papa, batata, choclo, entre otros. Dentro de este grupo estaría la fibra, presente en frutas y hortalizas, cereales integrales y derivados, frutos secos.

¡Los carbohidratos son necesarios!

Lo cierto es que representan la principal fuente de energía utilizada por nuestro organismo para realizar todas las funciones vitales. Nuestro cerebro obtiene energía por medio de la glucosa (sustancia energética en la que se convierten los carbohidratos en nuestro organismo) y nuestro hígado y músculos la almacenan en forma de glucógeno.

Además, la fibra otorga múltiples beneficios para nuestro organismo: ayuda a normalizar el tránsito intestinal, contribuye a mantener estables los niveles de glucosa en sangre y ayuda a controlar el apetito.

Es muy importante hacer mención a la diferencia entre los carbohidratos simples y los complejos. Los segundos, no sólo aportan energía rápida, sino que también aportan fibra, vitaminas y minerales, lo que los convierte en un alimento más nutritivo y que contribuye a controlar el aumento de glucosa en sangre post-comida.

¿Qué ocurre si eliminamos  los carbohidratos de nuestra dieta?

Una restricción severa de carbohidratos no implica una mejor salud ni una mejor alimentación. Especialmente si esa restricción incluye eliminar alimentos de gran calidad nutricional como es el caso de las frutas, verduras, frutos secos, legumbres, entre otros.

Generalmente, en este tipo de dietas se eliminan los carbohidratos (sin discriminar entre simples o complejos) a expensas de aumentar el consumo de proteínas y de grasas, lo que a la larga puede repercutir negativamente en nuestro organismo por el mayor esfuerzo que supone convertir estos nutrientes en energía.

La mayoría de las dietas de moda engloban a todos los carbohidratos como perjudiciales y tienen como objetivo principal perder peso en el menor tiempo posible y con poco esfuerzo. Al eliminar los carbohidratos, el organismo consume sus reservas de glucosa, que se almacenan con mucha cantidad de agua. Por lo que el peso perdido está en gran parte representado por líquidos  y no por grasa.

Los beneficios asociados a la pérdida de peso se obtienen al perder grasa, no agua. Eso se puede conseguir a través de dietas equilibradas, ajustadas en calorías y en carbohidratos, que son saludables, variadas y nutritivas. Las dietas de moda no cumplen con estas características y generalmente son deficitarias en nutrientes. Además, son difíciles de mantener a largo plazo. De ser así, podrían tener efectos indeseados por su alto aporte en proteínas. 

Aclaración importante: hay dietas que restringen carbohidratos de una forma controlada por lo que, de forma controlada, no representan un riesgo para la salud. La dieta keto, por ejemplo, es una buena estrategia nutricional para personas y momentos determinados, y siempre debe ser supervisada por un profesional de la nutrición.

Para concluir: hay que consumir carbohidratos de buena calidad, priorizando siempre aquellos complejos, tratando de mantener una alimentación equilibrada y no dejarse llevar por las dietas de moda que prometen resultados milagrosos.




Paula Borrescio
Lic. en Nutrición (UBA)
MN 10841