Una alimentación saludable es aquella que promueve la salud, regula el funcionamiento de nuestro organismo y reduce o previene la aparición de enfermedades crónicas. Pero… ¿Sabés realmente qué características tiene una alimentación equilibrada y saludable? ¡En este artículo vamos a conocerlas!
Uno de los mayores problemas con las dietas de moda es que eliminan ciertos grupos de alimentos, especialmente los ricos en hidratos de carbono, y promueven aquellos ricos en proteínas sin tener en cuenta el estado de salud general y las características particulares de la persona. Con estas dietas a corto plazo se puede perder peso y volumen pero a la larga, al normalizar nuestra alimentación, se recupera el peso perdido o incluso algún kilo de más (el famoso “efecto rebote”) Hay que tratar de comer de todo pero evitando o al menos reduciendo la cantidad y frecuencia de los alimentos desaconsejados en una dieta saludable: gaseosas, frituras embutidos grasos, golosinas, etc.
Los alimentos ricos en nutrientes deben predominar en una dieta equilibrada. Estos alimentos aportan proteínas, carbohidratos y grasas de buena calidad, vitaminas, minerales y antioxidantes.
Frutas, vegetales, legumbres, cereales integrales, frutos secos, pescados, huevos, carnes magras, aceites vegetales en crudo, avena, etc.
Embutidos, carnes procesadas, golosinas, frituras, alimentos ultra-procesados, bebidas azucaradas o con alcohol.
Mientras más variada sea la alimentación, más opciones tenemos para cubrir el aporte nutricional que nuestro organismo necesita para funcionar adecuadamente. Veámoslo con un un ejemplo: consumir frutas es indispensable en una alimentación saludable por su aporte de fibra, agua, vitaminas y minerales pero, si en lugar de comer tres naranjas al día comemos una naranja, un kiwi y un puñado de frutillas, podremos aportar una mayor variedad de vitaminas y antioxidantes y, además, cubrir la cantidad de vitamina C que necesitamos.
Este ítem se refiere a que si la alimentación es restringida en calorías, sólo va a conseguir que nos sintamos débiles, de mal humor y con ganas de “picotear” alimentos más calóricos o snacks que no son saludables. Es por esto que resulta imprescindible aportar la energía suficiente a través de alimentos saludables para realizar nuestras actividades diarias. Cada persona, según sus características y su nivel de actividad física, va a necesitar una determinada cantidad de calorías. En caso de estar buscando descender de peso, debemos de todas formas intentar llevar una dieta saludable, para ello, el déficit calórico debe hacerse de manera controlada, con resultados quizás menos rápidos pero mucho más sostenibles en el tiempo.
Sin dudas, el momento de la comida debe ser de disfrute. Para poder mantener cambios duraderos,la alimentación además de saludable debe ser sabrosa y adaptada a los gustos de cada persona. Evitar la monotonía a la hora de seleccionar los alimentos y tener creatividad cuando cocinamos y servimos la comida en el plato jugará a nuestro favor para mantener estos cambios de por vida.
Es fundamental que la dieta se adapte al contexto particular y estado de salud de la persona.
En resumen: una alimentación saludable o una buena alimentación es aquella que prioriza los alimentos naturales, el aporte elevado de nutrientes y las cocciones que favorecen su absorción. Debe ser equilibrada, variada, suficiente y adecuada para la persona.