Qué es la Vitamina C y por qué tu piel la pide a gritos.

Qué es la Vitamina C y por qué tu piel la pide a gritos.

Ya conocemos el famoso recurso del jugo de naranja por la mañana para reforzar el sistema inmune y así evitar resfríos, gripes, y algún que otro virus. Pero, ¿sabías que esta vitamina también es crucial para evitar el envejecimiento prematuro de tu piel? 

            La vitamina C se caracteriza por encargarse de reparar y mantener con vida los tejidos celulares. La cicatrización, por ejemplo, es producto de su trabajo. En cambio, un deficit de ésta vitamina puede generar hemorragias en la piel, encimas inflamadas y sangrantes, anemia, dolor en las articulaciones, cansancio, debilidad muscular y, precisamente, una gran demora en la cicatrización de las heridas. Además, como el jugo de naranja lo indica, la vitamina C favorece al sistema inmune y es vital para la correcta absorción del hierro (es por eso que su deficiencia podría provocar una anemia). A largo plazo, el déficit puede ocasionar trastornos graves en el organismo, y a su vez predisponerlo a otras enfermedades, relacionadas con la debilidad inmunológica.

 Pero, ¿por qué es una vitamina esencial para la piel?

            Bueno, efectivamente la vitamina C contribuye a la generación constante de colágeno, una proteína encargada principalmente de unificar todas las estructuras de los organismos (en humanos y animales). Es decir, el colágeno, mediante la formación de fibras, permite la elasticidad y firmeza de las estructuras del cuerpo para sostenerse de la mejor manera posible. A su vez, la vitamina C facilita la producción de colágeno, ayudando a mantener el ciclo de correcta hidratación celular. Además, tiene una gran capacidad antioxidante que protege a la piel del estrés oxidativo; es decir del estrés que sufre la piel por daños exteriores: deshidratación, exposición solar, contaminación, etc. 

            Por otro lado, su gran capacidad de cicatrización es la que permite alivianar los enrojecimientos, ya sean naturales o no, de nuestra capa superficial. La rosácea, las marcas de acné, o los poros inflamados, pueden ser alivianados con una correcta dosificación de vitamina C, ayudando también a generar una pigmentación balanceada naturalmente.

 ¿Cómo asegurarme mi dosis diaria?

            Conociendo los beneficios de esta gran aliada, y habiendo repasado los graves problemas que traería su deficiencia, es momento de pensar cómo podemos asegurarnos de que nunca falte en nuestra organismo. Si bien una dieta rica en vitaminas y minerales, balanceada, y compuesta primordialmente por alimentos provenientes de la tierra y no de paquetes, puede ser la solución básica a esta duda, también debemos considerar que la vitamina C es una sustancia muy delicada: se descompone fácilmente con las altas temperaturas y se deteriora si es expuesta a la luz fuerte. Es por eso que a veces, si bien podemos estar consumiendo el alimento que la contiene, no estamos apropiándonos de sus beneficios. ¿La clave? La suplementación. Arriesgarse a un déficit puede traer consecuencias mucho más molestas (y graves), que simplemente consultar con un profesional para asegurarnos de un suplemento con dosis ideal.

            Así que, ya sabés. Si querés lograr que tu piel brille y se mantenga en el tiempo, generando un cambio desde adentro hacia afuera, mientras cuidas de la totalidad de tu cuerpo… ¡chequeá tu vitamina C y corré a comprar tus suplementos!

 

 

 

Créditos Imagen: Wendy Wei