Llega la temporada de invierno y las bajas temperaturas comienzan a sentirse. Lógicamente, esto va a influir en nuestra forma de alimentarnos. Es normal que tengamos ganas de comer preparaciones calientes y un poco más calóricas. Pero… ¿cómo hacer para que esto no afecte la buena calidad de nuestra dieta?
En este artículo te dejo 5 consejos para adaptar tu alimentación a la temporada de invierno:
La clave está en mezclar los vegetales crudos con los cocidos, lo que ayuda a templar algo la temperatura y que de esta manera el consumo de la ensalada sea más agradable. Algunas opciones pueden ser agregar champiñones salteados, una salsa o incluso gratinar las hortalizas con queso.
¡Veamos algunas ideas de ensaladas tibias!
- Calabaza en cubitos, queso por salut y tomates cherry salteados.
- Zanahoria, papa y huevo
- Pasta salad gratinada
- Rúcula, queso azul y champiñones
La infusión es clave para brindarnos calor. Puede ser café, café con leche, mate, mate cocido o distintas variedades de té. Un punto importante es saber que estas infusiones no reemplazan el consumo de agua, por lo que lo ideal es que siempre mantengas un vaso o una botellita con agua a tu alcance.
También una buena opción para desayunos o meriendas de invierno son las tostadas (acá podemos jugar y variar: con queso y mermelada, con huevo y palta, con mantequilla de maní, etc) y el porridge de avena.
Lo ideal es que las sopas sean caseras y que se preparen principalmente con vegetales, que lleven aceite de oliva virgen en lugar de manteca, que no incorporen demasiada sal y que el agua utilizada sea de buena calidad.
Una buena opción es reducir o quitar la crema y reemplazarla por leche. Lo mejor es utilizar caldos caseros de verduras y condimentos como pimienta, orégano, curry, para evitar el exceso de sodio.
Las sopas son una gran herramienta para incorporar vegetales en la temporada de invierno. Según sea su contenido, se pueden consumir como entrada o como plato principal. Si van a ser nuestra comida, le podemos agregar fideos, legumbres como porotos, garbanzos o arvejas, formando así un plato completo y más nutritivo.
Desde el punto de vista nutricional, los alimentos de estación sufren una menor manipulación, por lo que conservan mejor su contenido de nutrientes, en particular en lo referente a vitaminas y también a minerales.
Las frutas y vegetales de la estación también resultan más beneficiosas para nuestra economía, ya que al ser alimentos próximos, tanto en el tiempo como en el espacio, implican menos costos de conservación y transporte, abaratando su precio de venta. También son más aconsejables desde el punto de vista ecológico.
Algunos ejemplos de frutas de estación invernal:
- Naranja
- Banana
- Limón
- Durazno
- Pera
- Mandarina
- Pomelo
Vegetales:
- Acelga
- Apio
- Batata
- Brócoli
- Espinaca
- Cebolla de verdeo
- Puerro
- Remolacha
- Repollitos de Bruselas
- Zanahoria
- Zapallo
- Calabaza
Se pueden armar múltiples combinaciones con estos alimentos. Utilizá la creatividad y animate a probar nuevas combinaciones.
Papas, boniatos, calabazas, coliflor, cebollas, manzanas, son algunos de los candidatos para cocinarse al horno. Esta forma de cocción nos permite obtener platos súper sabrosos, nutritivos y a una temperatura adecuada para esta época del año. Además, es un método de cocción más saludable que la fritura o el salteado con aceite.
Tartas de vegetales, milanesas caseras con puré, carnes magras al horno con vegetales, son algunas de las opciones que podés cocinar al horno.
¡Espero que te sirvan estos consejos para mantener una nutrición adecuada en invierno!
Paula Borrescio
Lic. en Nutrición (UBA)
MN 10841